La educación 2.0 nos presenta una filosofía y una práctica de la educación
y de la comunicación basada en el diálogo y en la participación que no requiere
solo de tecnologías, sino de un cambio de actitudes y de concepciones. Muchos
de sus principios tienen su origen en la comunicación dialógica que ya habían planteado,
entre otros, Paulo Freire (1973): “Ser dialógico es no invadir, es no
manipular, es no imponer consignas. Ser dialógico es empeñarse en la trasformación,
constante, de la realidad. Ésta es la razón por la cual, siendo el diálogo
contenido de la propia existencia humana, no puede contener relaciones en las cuales
algunos hombres sean transformados en “seres para otro”.
Es importante destacar que Freire asociaba el diálogo como un elemento
crucial para problematizar el conocimiento, no es una mera conversación,
tampoco una charla insustancial, el diálogo es una metodología y una filosofía,
y está ligado a la participación en la construcción colectiva del conocimiento,
por ello afirmaba: “Lo que se pretende, con el diálogo, en cualquier hipótesis
(sea en torno de un conocimiento científico y técnico, sea de un conocimiento “experimental”),
es la problematización del propio conocimiento, en su indiscutible relación con
la realidad concreta, en la cual se genera y sobre la cual incide, para su mejor
comprensión , explicarla, transformarla” (Freire, P).
1973.57).
Una relectura de la obra de Freire en la actualidad puede ofrecernos
respuestas para restablecer las relaciones entre los actores de la educación y
de la comunicación en el contexto digital. La superación de roles
convencionales nos permiten ser, con el uso de la Web 2.0, productores
participantes, recuperando y desarrollando una perspectiva educación comunicativa
que predijo en 1973 Jean Cloutier en Canadá con su teoría del emirec (el emirec
es la conjunción de las palabras emisor y receptor y conlleva la idea que cada
individuo puede ser, al mismo tiempo de manera holística, emisor y receptor y que
cada usuario pueda ser y actuar potencialmente como un medio de comunicación).
A partir de la Web
2.0, los participantes en el ciberespacio permiten establecer una relación
entre iguales que están en interacción constante. Pero, estas prácticas en la Red , también, pueden llevarse
a cabo en escenarios reales. La tecnología digital ha puesto en evidencia
prácticas enunciadas hace muchos años que pueden desarrollarse en las aulas o
en los medios de comunicación. No se trata solo de una cuestión tecnológica
sino, sobre todo, de una dimensión metodológica, pedagógica e ideológica. Por
ello Freire señala que “el diálogo y la problematización no adormecen a nadie,
sino que concientizan a todos los actores del quehacer educativo.
En
la comunicación, en la problematización, educador-educando y
educando-educador desarrollan ambos una postura crítica de la cual resulta la
percepción de que todo este conjunto de saber se encuentra en interacción.
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